Como sabéis, me gusta mucho la marca de pasta Lazzaretti. Ya tuve la oportunidad de hablar de ellos en mi primera receta hecha con su colaboración, fusilli de 3 colores con hummus de remolacha.
No dude en consultar esta otra receta para saber más sobre esta marca artesanal, francesa y ecológica (¡son muchas cualidades!).
Puedes encontrar la marca Lazzaretti en tiendas de productos ecológicos, y es un verdadero cambio con respecto a la pasta sin gluten, que no tiene sabor (y a menudo poco valor nutritivo).
La trucha en el punto de mira
Me alegra compartir por fin una receta con trucha, porque es un alimento muy bueno para la salud:
- rico en proteínas, unos 21 g por 100 g, lo que es muy bueno para un pescado
- rica en vitamina B12, que puede ser deficitaria cuando se consumen pocos productos de origen animal y cuando se padece una enfermedad que provoca malabsorción intestinal (enfermedad de Crohn, por ejemplo).
- ¡rico en omega 3 ! Y sí, ¡¡¡por supuesto!!! Esos famosos omega 3 de los que siempre oímos hablar, ¡que se encuentran en el pescado azul! Cada vez más estudios revelan su eficacia contra enfermedades graves y/o crónicas como la diabetes, el cáncer y la depresión.
Omega 3, tus amigos de toda la vida
Los omega-3 que contiene el pescado son el DHA y el EPA, y casi todos tenemos carencias de ellos.
¿El primer síntoma? La piel seca. Sobre todo donde no está hidratada, como las pantorrillas.
Pero entonces cientos de procesos se ven afectados, lo que provoca un deterioro general de la salud física y mental (fatiga, obesidad, pérdida de motivación, pérdida de memoria, enfermedades de la piel, colesterol…).
Por eso deberíamos comer pescado azul 2 ó 3 veces por semana. Los omega 3 de origen vegetal (aceite de linaza, colza, etc.) son mucho menos asimilables. Hay que tener un hígado perfectamente sano y consumir muy pocos omega 6.
En resumen, necesitas los omega-3 del pescado. Se encuentran en la caballa, las sardinas, el arenque, el salmón, el atún, algunos mariscos y… ¡la trucha!
Así que la trucha es una excelente opción para tus recetas, sobre todo porque el salmón contiene metales pesados, ¡que pueden ser un problema para la candidiasis! Hablo de ello en mi receta de penne con salmón y zanahorias moradas.
Desde el punto de vista nutricional, la trucha tiene todas las cualidades del salmón, pero con muchos menos metales pesados (o ninguno, en realidad).
Así que mi consejo es sencillo: ¡inclúyalo en el menú con regularidad! Por supuesto, no sabe igual que el salmón, pero enseguida te acostumbras a la diferencia.
Si quieres seguir comiendo salmón con candidiasis, limítate a 1 o 2 raciones al mes, y recuerda combinarlo con cilantro, un potente quelante de metales pesados, que es lo que hago generalmente en las recetas de freecocotte.
¡Así que aquí va la receta! Y si tenéis algún comentario o pregunta sobre los omega 3, por ejemplo, ¡no dudéis en dejarlo en la sección de comentarios!
Duración : 20′ (preparación y cocción)
Ingredientes – Trucha Lazzaretti (2 personas)
- 180 g de pasta sin gluten (yo he utilizado Lazzaretti Quinoa & Rice sin gluten)
- 150 ml de nata vegetal (he utilizado la nata de soja semigrasa Bjorg)
- 1 calabacín grande
- 150 g de trucha ahumada
- 1 puñado de nueces
Si padeces candidiasis, es posible que pueda ayudarte, haz clic aquí si deseas obtener más información.
Preparación – Trucha lazzaretti
- Poner a hervir una olla grande con agua para pasta.
- Mientras tanto, lava el calabacín, pélalo si no es ecológico, córtalo por la mitad a lo largo y luego en trozos de 2 cm.
- Cortar la trucha en tiras.
- Cuando el agua esté hirviendo, añade la pasta y el calabacín troceado.
- El tiempo de cocción indicado es de 3′, pero no dudes en probar, ¡para mí estaba demasiado firme después de 3′!
- Escurrir la pasta y el calabacín.
- Añadir la nata, la trucha y las nueces y ¡listo!
